La senadora Dolores Padierna Luna presentó un punto de acuerdo para que el Senado de la República exhorte al titular de la Secretaría de Economía, a enviar a esta Soberanía un informe sobre las posibles afectaciones en el sector productivo del acero y aluminio nacional, frente a las posibles medidas arancelarias anunciadas por el presidente de los Estados Unidos de Norteamérica, sobre las importaciones de esos sectores.
“Una más de las medidas preocupantes mencionadas por el presidente Donald Trump es la de aplicar un arancel de 25% a las importaciones de acero y de 10% al las de aluminio. El presidente del país vecino argumenta que la medida sería para proteger a los productores estadounidenses de supuestas prácticas de dumping que aplican algunos países. Según Trump, los detalles de la aplicación de los aranceles se anunciarán la próxima semana, por lo que aún no se sabe si serán impuestos a todos los países con los que Estados Unidos comercia o sólo con los que tiene déficit comercial”, refirió.
Padierna Luna refirió que esta medida tiene que ver con la lógica irracional de que Estados Unidos sufre tratos comerciales injustos por parte de varios países que le propician un enorme déficit comercial, el que a su vez afecta a una gran cantidad de empleos. Bajo esta lógica, promovió la revisión del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, con el objetivo principal de disminuir el déficit comercial con México y Canadá.
Sin embargo, aseveró la senadora, el déficit comercial de Estados Unidos no es producto de tratos injustos, sino de los principios que rigen el comercio global, dentro de los cuales destaca que la participación de cada país se establece en función de su competitividad. Muchas empresas estadounidenses reconocen este principio y deciden hacer sus inversiones en aquellos países que les ofrecen mejores condiciones para ser competitivas.
“La lógica de Trump es en el sentido de que la única manera de reducir el déficit es la aplicación de medidas proteccionistas para compensar la menor competitividad de algunas industrias. Piensa que con ello las empresas van a poder acceder a una mayor proporción del mercado estadounidense y en consecuencia generar empleos. Lo que no entiende es que las medidas proteccionistas necesariamente se traducen en un encarecimiento de los insumos y productos terminados, lo que impacta negativamente a la inflación y al crecimiento económico, lo que finalmente afecta al empleo”. advirtió.
Padierna Luna advirtió que no se puede descartar que algunos países como China apliquen medidas que van en contra de un libre comercio justo. Sin embargo, para estos casos hay reglas que permiten a los países afectados acudir a paneles internacionales y así solucionar las controversias. El diseño de las reglas del comercio global, liderado principalmente por la Organización Mundial de Comercio (OMC), tienen como propósito evitar prácticas desleales de comercio que reduzcan al máximo posible la aplicación de medidas proteccionistas; es decir, fomentar el libre comercio en condiciones equitativas.
“En 2016, los Estados Unidos tuvieron un déficit comercial de más de 750 mil millones de dólares, el mayor déficit de todos los países del mundo. Sin embargo, esta es sólo una cara de la moneda, ya que, por otra parte, es el país que más invierte en otras regiones y las empresas estadounidenses que operan en otros países remiten una gran cantidad de utilidades a su país. Es decir, a final de cuentas, los beneficios que obtiene Estados Unidos de su presencia en el mundo son superiores al déficit de su balanza comercial”, sentenció.
La también integrante de la Comisión de Hacienda advirtió que estas medidas unilaterales generan reacciones similares por parte de los países afectados, lo que puede conducir a lo que se denomina “guerra de aranceles” cuyos efectos perjudicarían a todos. En este tipo de guerras no hay ganadores ni perdedores.
Recordó que en el caso del acero, el problema de fondo es que hay un exceso de capacidad a nivel mundial, lo que induce a algunos países a aplicar subsidios para que sus empresas puedan operar a niveles adecuados y exportar sus excedentes. Estados Unidos tiene la posibilidad de acudir a instancias internacionales para dirimir estos casos de manera específica, en vez de aplicar aranceles a las importaciones de manera generalizada. Sin embargo, Trump utiliza estas amenazas para tratar de presionar en otros aspectos, como es el caso de la negociación del TLCAN.
“Es sintomático que Trump haya anunciado la imposición de aranceles al acero y aluminio cuando se estaba celebrando la séptima ronda de negociaciones, además de que no anunció si la medida se aplicaría a todos los países y a todos los productos, ya dijo que pudieran exentarse a México y Canadá, si se obtienen de las negociaciones los resultados que Estados Unidos espera”, subrayó.
A consideración de la senadora, de aplicarse los aranceles a las importaciones de México, el efecto para el país sería relativamente pequeño, aunque si afectaría a algunas empresas específicas. En 2017, las exportaciones de acero, aluminio y sus productos fue de 9,780 millones de dólares, el 2.5% de las exportaciones totales no petroleras. No todas estas exportaciones se destinaron a Estados Unidos, por lo que, en el caso de que se aplicaran los aranceles, la afectación no sería a ese total.
“Por otra parte, México estaría en posibilidad de aplicar medidas recíprocas, como aplicar aranceles a las importaciones de los Estados Unidos de esos productos. Sin embargo, esto no sería deseable ya en todo caso, los finalmente afectados serían los consumidores. La posibilidad de que México encontrara otros mercados para el acero y el aluminio es remota, ya que existe una sobre producción a nivel mundial”, concluyó.